domingo, 11 de diciembre de 2016

De cómo nace El Café de Celia...

 
 
Cuando menos te lo esperas la cosas suceden, así de repente, como si una fuerza extraordinaria, llegada de no se sabe muy bien dónde, te tomara de la mano y te situara delante de lo que será otro reto.
Sin apenas buscarlo y desafiándome burlonamente, una nueva aventura se atreve a llamar a mi puerta, retándome a embarcarme en una historia jamás antes soñada.
Y es que lo que hasta ayer era inverosímil, en unas poquitas visitas, cuatro números emborronados en un papel y unas cuantas conversaciones, se materializa, toma la forma deseada y se hace realidad.  
Despacito, sin prisa pero sin pausa, el camino va dibujándose delante de mis narices sin ni tan siquiera ser consciente, unos meses antes, de su posible existencia.
Una tarde cualquiera, andando en los quehaceres rutinarios, la oportunidad se presenta y pone patas arriba toda mi tranquilidad. Las dudas se agolpan en mi cabeza loca. O lo tomas o lo dejas. Ahora o nunca. Hoy es el momento. No lo pienses mucho tiempo, solamente hazlo.
-Hazlo- me repite una vocecilla desde muy adentro de mi interior.
-Hazlo, sin miedo, sin pausa, sin dudas.
-Hazlo y tira hacia delante como hiciste siempre.
-Hazlo sin mirar atrás, sin dudar, solamente hazlo. Te sabes bien  acompañada, no estás sola, nunca has estado sola. Quién dijo miedo. Nada pierde quien nada arriesga. Solamente hazlo - …. Al final, me lancé y el resultado no se hizo esperar….
C/ PI I MARGALL, 101 - GAVÀ
Así es como El Café de Celia abrió sus puertas una preciosa tarde de hace unos poquitos de días. Después de unas maratonianas jornadas de preparativos, de acondicionar el espacio, de asear, pintar y ordenar, después de convertirlo en un lugar acogedor y tras algún contratiempo solventado favorablemente, conseguí en las fechas más o menos previstas levantar la persiana del local.
Mientras el frío de la calle contrarrestaba con la calidez del interior del local, la negra noche, que ya empezaba a asomar, perdía protagonismo ante el nacimiento de un proyecto que brilló con luz propia desde el mismo minuto cero.
Vosotros, todos los que me acompañasteis ese día, impregnasteis el espacio con vuestras emociones dibujando las primeras vivencias de El  Café de Celia.
Ahí me habéis dejado, como valiosa compañía, un pedacito de vuestro amor, vuestra alegría que me acompaña a diario, un poquito de vuestra fuerza y toda la energía que traíais para regalarme.
Recuerdos imborrables empezaron a dibujarse esa tarde de inauguración.
 
Hoy, os dedico estas primeras palabras a vosotros, a mi familia y a mis amigos, a todos los que tanto me queréis y me habéis apoyado y también, como no, a esa vocecilla que me acompaña, que no se calla, que me dirige cuando yo no sé por dónde tirar.
A todos os debo el nacimiento de este peculiar Café, enfocado ante todo como un lugar de encuentro, un espacio donde compartir ratitos de una buena conversación mientras se descansa de la rutina del día a día, un kit kat a la hora del desayuno o de la merienda, momentos distendidos entre amigos, esa es la única pretensión del lugar del que me he hecho cargo con tanta ilusión, así que cuando gustéis por aquí nos vemos, vale?
 
 
Con Carmen, la propulsora y culpable de este lío en el que me he metido jeje
GRACIAS CARIÑO POR TODO!!!!!