viernes, 26 de septiembre de 2014

Mientras la ciudad descansa...


 
 
Sentada a los pies de la cama, decide la ropa que sacará de su viejo armario para lucir esta tarde, y los zapatos, esos tan cómodos que compró muy baratitos en la tienda de barrio que la ha visto envejecer.
Sus pies ya no están para filigranas de tacón alto, es mejor apostar por la comodidad.
Una vez decidido el vestuario y con la serenidad de quien lo tiene casi todo hecho en la vida, se prepara para disfrutar de una de sus grandes pasiones, el baile.
Los casi noventa años cumplidos han ralentizado sus pasos gastados, pero no su ilusión. La piel se le arrugó con el transcurrir del tiempo aunque el corazón sigue deseoso de sensaciones placenteras. Pero eso sí, la coquetería permanece intacta.
 
Se decide al fin por una blusa negra, una falda de un rojo oscuro larga, y una flor, del mismo color que la falda, en la solapa, el cabello plateado recogido en un moño y un poquito de maquillaje. Todo preparado. Son las cuatro y media de la tarde.
Afuera luce el sol mientras la ciudad descansa en esa hora de cafetito y siesta.
 
El local está cerca, a tan solo un par de manzanas de su casa. Lo que en otra época hubiera sido una tienda o algún otro negocio de pequeña empresa, hoy se ha convertido en un salón de baile para personas de la tercera edad.
Entrar es esta sala de baile tan especial es retroceder en el tiempo hasta, yo que sé, qué años.
Y es que, aquí, se dan cita ellos casi todas las tardes. Nuestros mayores.
Llegan con una ilusión desconocida que les hace olvidar cada uno de sus achaques, cada una de sus tristezas o su soledad. Aquí, esta tarde, sólo existen ellos y esta música de paso doble, bolero, cha-cha-cha o tango que les devolverá a sus rostros, por unos instantes, la sonrisa tierna de antaño.
En esta sala no hay grandes lujos, ni grandes equipos de música que ensordezcan los oídos de nadie, tampoco las luces son estridentes y las consumiciones tienen un precio la mar de asequible al bolsillo de estos  pensionistas tan bailongos.
Lo que sí hay en este baile son personas con muchas ganas de pasarlo bien. Personas, jóvenes de espíritu, encerradas en cuerpos desgastados por el pasar de los años. Aquí hay ternura en los gestos y complicidad en las miradas.
Y es que esta tarde, sin haberlo buscado expresamente, estuve con ellos. Y aunque casi nadie reparó en mi presencia, quedé prendada de la estancia, de su gente, su actitud, de todo ello, de lo que vi y de lo que sentí.
                                             
 




lunes, 23 de junio de 2014

En mi particular hoguera



Vuelve la noche más mágica del año y con ella los deseos de creer que podemos quemar todo lo malo y construir desde nuestros sueños todo lo que anhelamos.  

Aprovecharé esta noche para quemar en mi particular hoguera aquello de lo que quiero deshacerme sin darle ni tan siquiera una despedida.

Quiero quemar más de una lágrima derramada, quemar los enfados absurdos y los no tan absurdos que me han hecho sentir mal, quemar los problemas que me atormentaron en noches de insomnio y que, a su vez, me quitaron la sonrisa en largos días sin sentido.

Quiero deshacerme del peso de mi mochila, ese que va cargándose con el pasar de los días y de los problemas no resueltos, en realidad quiero quemar la mochila entera, tal vez estrenando mochila nueva vea con más claridad como ordenarla, lo nuevo siempre ilusiona y al menos durante un tiempito funciona!

Quiero quemar el dolor que he visto a mi alrededor, el de personas próximas a mí y de quien no está tan cerca pero sé que camina por su propio calvario.

Y quiero construir. Construir desde mis sueños. Quiero el atrevimiento necesario para perseguir lo que me ilusiona y sentir tierra firme bajo mis pies volátiles, esos que se alzan con tanta facilidad.

Quiero saberme fuerte sin necesidad de demostrármelo a cada paso que doy y quiero calma y sosiego, al menos una vez al día, todos los días del año. Ya sé que esto es mucho pedir, pero le hablo a la noche de los deseos, ¿verdad?

Y quiero tener la certeza de que no equivoqué el paso en las decisiones tomadas, quiero saber que lo mejor siempre está por llegar y que llegará.

Deseo trazar un camino nuevo donde pueda transitar por un punto de locura junto a otro de cordura, donde pueda subirme de vez en cuando a la cresta de la ola sin caer al vacío precipitadamente y hacer de ello una noria imparable, deseo un camino donde sentirme segura pero donde también tenga cabida la pasión, esa que le da el empujón a mi cabeza loca.

En fin, que aquí, en estas líneas, dejo escrito para esta noche lo que voy a quemar en mi hoguera y lo que voy a desear junto a esa misma hoguera.

Feliz noche de San Juan para todos y feliz verbena!




viernes, 13 de junio de 2014

Si cierro los ojos y te pienso...




Si cierro los ojos y te pienso, en mis primeros recuerdos de infancia, te veo encima de un escenario sacando de la chistera a Chispa, nuestro conejo que en aquellos tiempos, entre función y función, vivía en nuestra casa como el que tiene un perro y al que yo, de niña, daba de merendar (a escondidas tuyo) galletas todas las tardes. Y hoy cumples setenta años, madre mía, cuanto camino recorrido….

Se te conocía, por aquel entonces, como el mago de las palomas multicolores, que también ellas vivían en nuestra casa y yo iba fardando por ahí de tener palomas de todos los colores habidos y por haber J .En el mundo del espectáculo me consta que aun te recuerdan así.

Alquimista de ilusiones, capaz de hacer desaparecer y aparecer en un plis-plas cualquier objeto que te quepa en una mano, sé que recordar aquella época aun te eriza la piel, que acercarte a un escenario puede emocionarte hasta hacerte saltar las lágrimas, sé que la magia es tu gran pasión y, aunque aquella maravillosa época pasó, el mago que llevas dentro de vez en cuando se queja y pide salir un ratito aunque sólo sea para nosotros.

Si cierro los ojos y te pienso, te recuerdo con tu guitarra cantando canciones de Moncho, el rey del bolero, que yo tarareo distraídamente más veces de las que soy consciente, te veo rodeado de esos amigos que vibraban en tu misma frecuencia y, siempre que te pienso así, me emociono  tanto como tú con tu magia.

También te recuerdo trabajando en tu despacho, capaz de vender lo invendible, comercial cotizado por el que hoy se pelearía más de un empresario. Falta en el mundo laboral profesionales de tu categoría. Si hoy sé vender como sé hacerlo, es porque llevo tu escuela interiorizada y sólo tengo que dejarla fluir.

Cuando cierro los ojos y te pienso, vuelvo a las conversaciones infinitas que hemos mantenido siempre, donde todo cabe y todo es digno de ser filosofado hasta la saciedad. Vuelvo a las confidencias hechas a media voz de toda una vida, donde únicamente la exactitud de cualquier situación se nos muestra nítida por difícil que sea, desnuda de adornos inútiles que puedan disfrazar una verdad costosa de soportar. Con la sinceridad por bandera hemos ido tejiendo, día a día, nuestra relación, esa relación de la que hoy nos sentimos tan y tan orgullosos.

Cuando miro atrás y veo el camino recorrido, sé que no siempre fue fácil, sé que nos hemos dejado la piel en cada paso dado, sé que ha sido necesario cada disgusto para poder gozar de cada alegría, sé que en cada tropiezo estábamos, de mejor o de peor manera, juntos.

Y sé quién eres, sé dónde estás, sé qué sientes y cómo lo sientes, sé el padre que tengo y sé lo orgullosa que me siento de él.

Sé que te adoro. Y sí, sé también la rabia que te da cumplir setenta años J. Pero es lo que hay, hoy toca cumplir los setenta y los llevas muy, pero que muy bien.

Te quiero papá, muchísimas felicidades!!!











viernes, 16 de mayo de 2014

Las + Rosas, sois lo mejor que me llevo...





Habíamos quedado todas, el sábado por la mañana, para hacernos unas fotos.

Medio en broma, medio en serio, queríamos inmortalizar de alguna manera el gran equipo que formamos.

Aunque quizás, para entender este reportaje, sería bueno empezar a contar de cómo nació nuestra amistad.

Evidentemente un día nos conocimos por tener algo en común, todas hemos padecido, en carne propia o en alguien muy cercano, un cáncer. Todas tenemos una necesidad en común, la proximidad de alguien con circunstancias parecidas.

Lo que un día empezó siendo el nombre de un grupo de whatsapp para poder decir algo a todas a la vez, se ha convertido, en estos momentos, en un grupo de apoyo a la medida de nuestras necesidades. De las necesidades de todas.

En el whatsapp somos doce, y somos doce porque si somos trece una de nosotras se irá, por lo que, de doce como mucho podríamos pasar a ser a catorce, sino nos quedaremos así J.

Nos respetamos, a cada cual con sus cosas. Este es, creo yo, el principio de nuestro éxito.

Las doce nos conocemos muy bien ya y, sólo por la forma de expresarnos por escrito, sabemos detectar si alguna está en baja forma. Todas las mañanas nos damos los buenos días muy prontito, la más tempranera empieza sobre las siete, y nos despedimos bastante entrada la madrugada; entre medio pasa la vida, nuestra vida, la de las doce.

Cada cual cuenta sus cosas, las buenas y las malas. Las cosas buenas las celebramos y las malas las consolamos. Nos apoyamos a diario las unas en las otras y siempre conseguimos seguir hacia delante juntas. Los  caminos son complicados. El miedo, y quien haya vivido un cáncer sabe de lo que hablo, en muchas ocasiones nos paraliza, entonces ahí estamos las demás, plantándole cara y cogiendo de la mano a la que le cueste avanzar.


Y nos vemos un día por semana. Procuramos no faltar a la cita porque, es ese, un momento muy importante. 

Somos muy diferentes, ahí reside, el encanto de este grupo. 

Encontrarnos nuestro día es darnos un achuchón de amor verdadero. A día de hoy nos necesitamos todas, y nos necesitamos muchísimo!

Pero volviendo a las fotos, existen esos días que recordarás para siempre ya, momentos compartidos que sitúan las emociones en el centro de tu corazón. Allí donde las palabras no alcanzan a narrar sensaciones, las instantáneas hablan por sí solitas…

Así que con mucha ilusión y de la mano de grandes profesionales, nos hemos convertido en estrellas por un día y lo hemos pasado genial.

Cada una de nosotras ha dejado de lado, un ratito, sus quehaceres personales para plasmar en imágenes una historia, nuestra historia, esa historia con final feliz que queremos mostrar al mundo.

Y es que todas le hemos ganado la partida al cáncer y ese es el mensaje a transmitir. Estas instantáneas reflejan claramente nuestra victoria. Miradas, complicidad, sonrisas, cariño, ternura, felicidad…

Toda una historia de amor incondicional que hemos querido hacer pública para quien pueda necesitar verle el final feliz a un camino tan durísimo.


Ah, y como una de nosotras no está puesta en móviles de última generación y no tiene whatsapp pero es de nuestro grupo, en esta ocasión para las fotos, si nos contáis, somos catorce J

Mil besos chicas!! 

Sois lo mejor que me llevo desde que el cáncer apareciera en mi vida. Os quiero tanto…..




















Somos Las + Rosas y desde aquí ofrecemos, a quien lo necesite, una mano amiga y todo nuestro cariño!

Hay más fotos, muchísimas más. Por si os queréis pasear por ellas, están en el facebook de nuestra página, en este enlace











lunes, 14 de abril de 2014

Cubelles, prepárate, que voy para allá!



Existe un lugar donde la vida camina despacito y sus gentes pasean por las calles distraída y jovialmente. 

Un lugar donde el reloj descansa olvidado en algún cajón y parece que ni el móvil se atreve a sonar. 

Un espacio de paz, apartado del alboroto cotidiano, al que tengo ganas de llegar.  


Me apetece mucho que el murmullo del mar me dé los buenos días en amaneceres con encanto, y que la quietud de la playa me arrope mientras olvido las prisas diarias, los madrugones y los agobios cotidianos.

Y, por todo ello, estoy preparando una maleta para trasladarme a este lugar que considero paradisíaco.

En ella, en la maleta, llevaré un libro de Bucay que leeré en las tardes de playa, música para amenizar noches de conversaciones tranquilas, un cuaderno para escribir sensaciones y un bikini para tomar el sol.

Huiré de lo impersonal del ordenador, apagaré el móvil todo el tiempo que sea posible y descansaré de wasaps y de redes sociales, abandonaré el despertador y los horarios encorsetados.

Llevaré, por supuesto, mis bambas para salir a correr a primera hora de la mañana y aparcaré los tacones, algo que mis pies, seguramente,  agradecerán  J.

Cambiaré maquillajes por cremas solares y vestidos por ropa cómoda.

Me voy, sí, me marcho a un lugar con sabor a verano, de contrastes coloridos y con aroma a arena mojada y a sal. Allí donde el sol calienta unas playas familiares y chiquititas, y donde la luna, cada noche, refleja sobre el mar su belleza plateada.

Así que ya os lo he contado, queriendo desconectar de aquí, me marcho a descansar y a relajarme, voy a conectar con la calma y con la tranquilidad. Por lo que Cubelles, prepárate, que voy para allá!
  



miércoles, 12 de marzo de 2014

Recuerdo de cómo empecé a escribir


Recuerdo de mi época de colegiala la pereza de ponerme delante de un libro para estudiar. 

Recuerdo de aquellos años de infancia, donde aún todo estaba por descubrir, que las emociones no podían  encontrarse cerca de los monótonos libros de texto escolares, la vida y las sensaciones tenían que hacerme vibrar de otra manera, no sabía cuál debía de ser esa forma, pero sabía que en algún momento acabaría descubriéndola.

Un día, de repente, en una clase de literatura, una de esas clases aburridas y repetitivas de las que a menudo desconectaba con tanta facilidad, alguien leyó:





Asomaba a sus ojos una lágrima,
a mis labios una frase de perdón;
habló el orgullo y enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.


Yo voy por un camino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor
yo digo aún: ¿Por qué callé aquel día?
Y ella dirá: ¿Por qué no lloré yo?






Tendría unos quince o dieciséis años por aquel entonces y el verso me enamoró. No sólo me enamoró sino que consiguió centrar toda mi atención en esa y en las siguientes clases de literatura que siguieron al momento.  

Para un ejercicio escolar tuve que comprarme el libro Rimas y Leyendas que devoré en poquitos días antes de iniciar el trabajo en cuestión, y ahí, en ese justo instante, nació mi pasión por la escritura, eran los años ochenta y unos cuantos, mi libro que aún está conmigo del ochenta y cinco.

Recuerdo de ese tiempo empezar a escribir folios y folios llenitos de sensaciones que iba comprimiendo hasta convertirlos en versos también, poemas que a ningún lugar han ido más que a mis cuadernos de adolescencia guardados con suma delicadeza.

Recuerdo que de repente todo empezó a ser importante, mis emociones tenían esa forma de expresión que me producía un placer hasta ese momento desconocido. 

Las sensaciones, ante cualquier cosa que viviera, habían adquirido una forma de ser y un motivo de volver una y otra vez a mis cuadernos.

En aquella época escribía a mano, leía y releía, tachaba y volvía a empezar, una y otra vez, insistentemente hasta conseguir el texto deseado, para acabar convirtiéndolo en un poema o simplemente dejándolo como un escrito.

Recuerdo de cómo empecé a escribir, de cómo el gran poeta Gustavo Adolfo Bécquer con sus versos me cautivó y de cómo inicié el camino hasta situarme en el día de hoy, en donde cualquier cosa que me ocurre me adentra un poquito más en el maravilloso mundo de la escritura.

Hoy, así, sin querer, me he tropezado con el libro en una de las estanterías de mi cuarto, lo he ojeado un poquito y, como no puede ser de otra forma, el recuerdo de aquel tiempo lo he convertido en este post.
   




miércoles, 19 de febrero de 2014

Hoy es mi cumpleaños






Hoy es mi cumpleaños!!


Hoy hace cuatro años que me operaron de un cáncer de mama y también hace cuatro años que sentí, por primera vez en mi vida, la desesperación que el miedo de una enfermedad puede provocar.


Hace cuatro años que la vida me empezó a demostrar cuan fuerte puedo llegar a ser aunque hasta entonces no lo supiera.


Cuatro años en los que han pasado infinidad de cosas, de momentos, de cambios, mil sensaciones todas juntas y mil más por separado.


En estos cuatro años he conocido personas increíblemente fantásticas que forman parte ya de mi mundo. He vivido a toda mi gente entregadísima a mi necesidad. He sentido como el amor recibido ha ido aniquilando poco a poco al pánico con el que convivía. Y he aprendido a seguir caminando aceptando mi propia transformación.

Además tengo un trabajo que no me ha encerrado en un despacho. He escrito un libro. Vuelvo a llevar mi melena larga. Soy colaboradora de la aecc de Gavà y me enriquece hasta el infinito la labor que realizamos. Tengo este blog que ha recibido más de diez mil visitas ya y además escribo en algún otro. Y lo más importante de todo, he conseguido que mis hijos puedan hablar del cáncer sin sentir miedo por su mamá.

Así que, cuatro años después de aquellos primeros pasitos, miro hacia atrás y no puedo evitar que se me dibuje una sonrisa muy-muy tierna,  porque eso es lo que me llevo en el recuerdo, un tiempo de instantes dulces y prudentes, gigantes y contundentes a la vez, un tiempo de caminos por estrenar que, aun hoy, voy saboreando según se me van apareciendo.

Desde entonces, por todo lo que aquí he escrito y por todo lo que también me guardo, cada diecinueve de febrero vivo este día con muchísima ilusión. 

Hoy es mi cumpleaños y con este van cuatro ya!





   

lunes, 17 de febrero de 2014

El WhatsApp, lo que da y lo que quita




Las redes sociales, en cualquiera de sus formas, han cambiado nuestra manera de relacionarnos. Unos dicen que para bien, otros que para mal. Hay quien no puede (y me incluyo en este porcentaje) vivir sin ellas y hay quien, aun resistiéndose, poquito a poquito van entrando en esta espiral extraña.

Primero fue el facebook, valiente descubrimiento!

De repente te acuerdas de alguien, recuerdas nombre y apellido, vas al face y, zas!, allí está…..y así empieza un festival de emociones del que podría hablar hasta el agotamiento pero mejor lo dejaré para otro post, que en este voy con otra cosa.

Pues a ese gran descubrimiento le siguió el WhatsApp (en adelante wasap, que me cuesta ponerle la H, la T o la S correctamente, sí, sí, así de vaga soy J )

Un día llega el wasap a nuestras vidas y transforma nuestra comunicación. Aunque me gusta pensar que amplía la comunicación más que transformarla, cierto es que la palabra adecuada es la transformación.

A veces recuerdo con nostalgia cuando todo esto no existía y, por ejemplo, las cartas manuscritas viajaban por correo ordinario hasta llegar a ti, ibas un día al buzón y allí estaba tu carta. Tengo unas cuantas de esas guardadas con tanto cariño….

Hoy las únicas cartas que se reciben son las de las facturas a pagar, las de los bancos, alguna multa y mucha-mucha publicidad.

¿Ha caducado esta forma de comunicación? Desde aquí, y encantándome todo este rollo de las redes sociales, me reconozco una enamorada del papel y de las palabras manuscritas. Afortunadamente soy de las que todavía, en alguna ocasión, he recibido alguna carta escrita a mano que, después de leerla, he guardado con mimo en mi cajita de los recuerdos.   

Pero volviendo al wasap, estoy apuntada, en estos momentos, en un montón de grupos. Todos ellos diferentes. Grupos de trabajo, de amigos, de la asociación, de familia. Grupos de personas diferentes con las que me relaciono, donde podemos hablar de chorraditas o podemos contar algo que nos preocupa sabiendo que las respuestas no se harán esperar. Todo esto ocurre en tiempo real, una conexión instantánea que te acerca en un plis a quien buscas. La verdad es que engancha, hay que reconocerlo!

Que quieres quedar para hacer una barbacoa con unos amigos, pues creas un grupo, lo bautizas con un nombre, incluyes en él todo aquel que vaya a ir y empieza la comunicación. Nadie llama a nadie, no hace falta, la cita empieza a tomar forma, los detalles se ultiman por escrito, entonces el día acordado, a la hora prevista, todos llegan y empieza la fiesta. A ver si no es molón el wasap!

Y después vienen las conversaciones privadas, esas conversaciones infinitas en el tiempo que cuando empiezan ya no tienen fin. Empiezan con un -buenos días- y finaliza con el -buenas noches- y en medio de eso tu cotidianidad compartida, no puedes pasarte el día llamándote pero sí puedes ir charrando a ratitos por escrito y sentir así la proximidad de quienes te importan.

El wasap ha conseguido que mantengas un contacto más cercano y, aunque ha arrinconado a otras formas de comunicación, hay que reconocer que se ha colado en nuestras vidas y que ha llegado para quedarse.

Así que hoy, puesto que mi cuenta iba a caducar si no pagaba, no me la he jugado, he pagado, no quiero prescindir de esta modernidad aunque a ratos reivindique todo lo contrario. Me gusta el wasap, ya no sé vivir sin él, me gusta y mucho!!
   

viernes, 14 de febrero de 2014

TE AMO









Extraída de un pasado no tan lejano, recupera la amante una carta que un día escribió a su amado de cuando, estando juntos, consiguieron tocar el cielo con sus propias manos, de cuando, vibrando en perfecta polifonía de sensaciones, detuvieron el tiempo para regalarse un instante efímero, pero perdurable para siempre ya, en sus corazones y en todo su ser.

Y la carta decía:


TE AMO!

TE AMO cuando te espero, cuando nos citamos en alguno de nuestros lugares y se acerca la hora de que llegues.

TE AMO cuando te tengo, cuando tu abrazo arropa mi cuerpo deseoso de tu presencia.

TE AMO cuando hablas, cuando el susurro de tu voz se cuela en el interior de mi alma y me posee.

TE AMO cuando callas, cuando el silencio se interpone y fluye en sensación grandiosa de lo eterno en el tiempo.

TE AMO cuando me escuchas, cuando te adentras en mí y vives la cotidianidad de lo que te cuento.

TE AMO cuando me acaricias, cuando el tacto de nuestra piel traspasa la frontera de lo mundano.

TE AMO cuando me besas, cuando tus labios me dicen todo lo que tu boca se calla.

TE AMO cuando me aprietas, cuando sientes esa necesidad de compartir un gesto mudo de palabras.

TE AMO cuando vibras, cuando vibramos en esa frecuencia que nos eriza la piel.

TE AMO cuando me amas.

Y TE AMO cuando me esperas, cuando me tienes, cuando hablo y cuando callo. Cuando te beso y te escucho y te acaricio, cuando te aprieto y cuando vibro. 

TE AMO de la única manera que sé amar, por encima de mi voluntad, por encima de mí.

Porque no es lo mismo sentir el TE QUIERO que sentir el TE AMO.

Yo a ti ya no te quiero, yo a ti TE AMO.



Y es que los amantes bien sabían ya, que el amor es un instante efímero elevado al infinito, y que si no es desde ahí, no es amor. 

Si no es amor, no es en lo infinito. 

Y si no es en lo infinito, no es en ninguna parte.



Feliz día de los enamorados! 


Feliz día del amor!